Si hubiéramos de atenernos a pies juntillas a la descripción que García Márquez hace de Macondo en Cien años de Soledad, entonces El Retén habría sido el último pueblo por el que pasaran los gitanos antes de llegar a la tierra de los Buendía. Ubicado en la subregión de la Ciénaga Grande de Santa Marta, en el Departamento del Magdalena, a una altura de 40 metros sobre el nivel del mar, El Retén, efectivamente, no sólo es la población más cercana a Aracataca, el pueblo natal del Nobel, sino que durante muchos años se mantuvo a la sombra del mismo en calidad de corregimiento.
Los orígenes de El Retén han sido estudiados en detalle por el historiador local Jorge Luis Hernández en su libro El Retén: historia y protagonistas (2005). Según este autor, el pueblo habría surgido en 1913 con la llegada de los colonos desplazados por la United Fruit Company durante la fiebre del banano y la explotación maderera de los alrededores. Los predios en los que los colonos crearon el caserío pertenecían al general Antonio Garzón Chacón, quien después de pelear en la Guerra de los Mil Días se dedicó a la explotación maderera en El Bongo, hoy corregimiento de El Retén.
A él, precisamente, le endilga Hernández la creación del nombre del pueblo, pues- to que la zona era un punto forzoso de tránsito de los pobladores de El Bongo, Media Luna, Pivijay, etc., por su posición estratégica para llevar productos para vender desde las zonas distantes del municipio a otras en las que el comercio era mucho más in- tenso. Hernández agrega que “por ese entonces pasaba el ferrocarril a recoger la fruta del banano desde Santa Marta, hasta un sector llamado ‘Nicoya y ‘Bruselas’. El pueblo estaba rodeado de cultivos de banano y el tren también hacía su parada obligada en este sitio”.
En el mismo documento se da cuenta de las variedades de productos de pancoger sembrados en El Retén (yuca, maíz, batata, ñame, millo, auyama, guineo cachaco o cuatro filos, fríjol, etc.) y de la presencia de animales de monte tales como el Zaino, Maná, Conejo, Guartinaja, Ñeque, Danta, Pato Picisía, Barraquete, Guacharaca y Ponche. Tal fertilidad de la tierra y abundancia de recursos, unida a las maravillas que llegaban a los oídos de la gente de otros pueblos sobre las ventajas laborales, más ficticias que reales, ofrecidas de la United Fruit Company, ocasionó un éxodo de per- sonas provenientes de distintas partes del Magdalena y Bolívar hasta los alrededores de El Retén.
En 1942 empiezan a aparecer los primeros cultivos de arroz, algodón y ajonjolí, los cuales se comercializaban con Barranquilla, Valledupar y Santa Marta. Diez años después la primera palma africana es traída al entonces corregimiento por José Anto- nio Martínez. En 1994, El Retén, finalmente recibe la categoría de municipio. Administrativamente, el municipio de El Retén, está divido en un área urbana, que es su cabecera municipal, y una rural, está dividida en dos corregimientos: San Sebastián del Bongo y La Colombia. Así mismo, cuenta con catorce veredas: La Bogotana, La Polvorita, Párate Bien, San José de Honduras, San Rafael, El Chuval, Mengajo, El Salitre, Las Flores y San Joaquín, San Pedro, Punto Fijo, Zacapa y El Pleito. Ha sido cuna de importantes figuras deportivas, como los campeones mundiales de bóxeo, Fidel Bassa y Ener Julio, y es el cuarto municipio con mayor producción de palma africana del departamento.